.COMO AJOS PARA AHUYENTAR VAMPIROS.

COMO AJOS PARA AHUYENTAR VAMPIROS

..." No importa donde se esconda. Ellos reconocen su ser, sienten ese viento de seda morado con su tacto de terciopelo rojo. Ese latir y su sonido de rugir de tigres dorados. Y su aroma a cerezas de fuego. Su sangre para ellos es una señal de fuego para un bombero. Pero aún así enciende la llama. La acerca y va quemando las hierbas secas y la piel blanca. El olor ya ocupa la estancia apretandola contra las paredes. Inhala ese aire encerrado para que como pirómano ardan en una frenética carrera, mientras sus pulmones se llenan de su sabor amargo y picante. Se imagina sus narices arrugadas y su expresiones en su mente como catálogo de un bestiario de figuras. Hoy se han levantado temprano, el sol aún no se había escondido pero el hambre les llama. Antes poderosos reyes, traficantes, cazadores. Antes emperatrices, princesas, reinas congeladas y hermosas que buscaban telas para trajes nuevos para salir a comer. Ahora yonkis sin control, solo carne muerta que vaga de un lado para otro, que dibujan sombras sin destino en la noche.

Solo queda ella.

Es la única persona en el mundo que aún tiene sonido en sus entrañas. Que aún mueve su corazón. Ya no quedan personas, ni animales, ya no quedan insectos, ya no queda nada que pueda vivir por sí mismo. Y ellos y su hambre crece, antes eran cientos, miles, ya ni la mitad consigue sobrevivir sin alimentarse. Es una lucha constante entre ambos pero su aroma embriaga el camino y sus cabezas. En realidad no le teme a ellos sabe sobrevivir, pero él, solo le tema a él.

Su espalda amplia como las puertas del infierno, solo su largo pelo rubio cenizo es capaz de hacerle sombra en ella. La tinta blanquecina quema su piel y se refleja en las pareces como un faro guía en la oscuridad un barco perdido. Sus ojos son retinas sin pupilas. Su boca perfectamente perfilada esconde en su interior dos agujas chinas.

Él la está esperando. Ella le está esperando a él.

Ella dá un mordisco a uno de los dientes que quedaban de la penúltima cabeza. Era lo único que servía. Lo único que aún la mantenía latente y a salvo, ni los crucifijos, ni las estacas servían de noche puesto que de día el sol la hacía libre. Él caminó pisando el aire que quedaba.La miraba. Ella lo notó. La luz le hacía protegerse con las cortinas de las pestañas. Los demás no traspasaron la puerta, el olor les repelía. Per él, él era diferente. Quería morir pero no sin antes beberse su vaso de leche antes de dormir, como cualquier niño pequeño, una actitud infantil e instintiva.

-Vengo en busca de tu amor. -Su belleza fría y horrible contaba mentiras en cada reflejo.

Solo uno de los dos quedaría.

Quizás dejase de sonar el último reloj de cuerda.

Quizás solo el silencio sepulcral reinase en cada rincón de un mundo lleno de inexistencia.

Y ella,ella le esperaba."...

P.D: Gracias¡

Z.C.M