...Era un día de calor. La última gota cayó. Se fundió contra las miles que habían salido anteriormente con la presión que la acción de girar el manillar del grifo las había obligado a estamparse violentamente contra el fondo de cristal. Recordaba que sabía como era sentirse una gota antes de formar parte de todo. Acarició el borde del vaso con su seco labio inferior y dejo un leve espacio oscuro para que el fresco líquido penetrase rozando ambos labios. Era un día caluroso. Nunca más había vuelto a sentir la sensación de ser una gota que se suspende en el aire.
Antes, todo ya pasó. Gritaba y se aferraba para no llegar a ese vaso. Ahora, todo lo que pasa. Se dejaba arrastrar por la corriente al mismo destino que los demás. No le importaba aquellas pequeñas cosas que le hacían diferente. Todo era efímero. Todo era algo que pasaba y se marchaba ...
Z.C.M
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